Si te preguntas por que procrastinamos, debes saber que existen motivos por ello, y que es más común de lo que imaginamos. Procrastinar viene del latín “procrastinare” y vendría siendo un sinónimo de “posponer”, pero muchas veces el concepto de posponer no es válido ya que al procrastinar muchas veces no lo hacemos intencionadamente, es decir, no lo decidimos así.
Cuando se procrastina sin intención alguna, hay situaciones en las que uno se siente mal por no haber hecho algo que quería hacer y tener cosas pendientes o inacabadas sin resolver. Somos incapaces de olvidarnos del todo de algo que está pendiente y esto causa malestar y culpa, y otras veces nerviosismo.
Procrastinar sin haberlo decidido
Dejar para mañana lo que se puede hacer hoy nos hace mantener al cerebro activo intentando no pensar, pero realmente no puede parar nunca de hacerlo y no se pondrá fin hasta que no se finalice la tarea o la situación que se tiene pendiente.
Si respondes con un si a alguna de estas preguntas es posible que seas una de las personas que procrastina:
¿Te sueles decir a ti mismo que debes hacer cosas pero al final no las haces?
¿Sueles posponer con frecuencia?
Cuando te pones tareas, ¿te enfadas contigo mismo y te sientes culpable por retrasarse frecuentemente? eesta
¿Sueles tener buenas razones para posponer tareas pero se convierte en una razón constante?
¿Cómo funciona la procrastinación?
empieza: tienes que hacer algo y esto te hace en ello lo cual te genera emociones negativas. Esas emociones negativas causan dolor y en vez de afrontar ese dolor en el momento haciendo eso que tienes que hacer, decides escapar del dolor haciendo otras cosas más gratificantes y posponiendo esa tarea importante para más adelante. Cuando más repitas esta situación, más te acostumbras a la procrastinación. Además, te vuelves más adicto a las actividades gratificantes de alta dopamina y cada vez te cuesta más dejar de procrastinar.
Pero por que procrastinamos
La respuesta a esta pregunta se encuentra en el funcionamiento cerebro y en sesgo cognitivo conocido como sesgo del presente que consiste en que el cerebro da prioridad a nuestras necesidades presente mediante frente a las necesidades a largo plazo.
Es decir, que por defecto damos más importancia a lo que nos ocurre ahora que a lo que nos pueda ocurrir en el futuro. Por eso cuando procrastinas en realidad lo que estás haciendo es dar más importancia a tu yo presente que a tu yo futuro priorizando el corto plazo frente al largo plazo, porque preferimos escapar del dolor o de las emociones negativas que sientes en el momento presente en vez de hacer esas cosas que pueden mejorar tu vida más adelante en el futuro.
El cerebro está programado para la supervivencia y se centra en la supervivencia a corto plazo, y esto es importante para entender por qué procrastinamos
- El cerebro quiere que ahorremos energía y por eso ante cualquier tarea que requiera un esfuerzo físico o mental creará en nosotros una resistencia para que no la hagamos si esta no es imprescindible para nuestra supervivencia a corto plazo. Esto funcionaba bien en otras épocas de la vida, cuando el ser humano vivía en la “selva” y tenía peligros por todas partes, la comida era escasa y había que buscarla cada día. Pero en el mundo moderno esto no es así, de hecho, ha cambiado drásticamente.
En la actualidad lo más importante es lo que hagamos en este momento, en el presente, en favor de nuestro futuro, de nuestras metas a medio y largo plazo. Trabajar hoy para mejorar nuestras vidas mañana, y hacer esas cosas que nos hagan progresar y llevar una vida más satisfactoria y feliz.
- Nuestro cerebro nos empuja a huir del dolor, tanto físico como emocional porque lo interpreta como un peligro real para nosotros que pone en peligro nuestra supervivencia. Cuando esto ocurre utilizamos la procrastinación como mecanismo de escape del dolor que sentimos en el momento y nos refugiamos en cosas más gratificantes y más placenteras pero que tienen poco valor.
- Estrés y ansiedad es otro de los motivos por los que se procrastina. Cuando el nivel de ansiedad es elevado, el cerebro no es capaz de prestar atención, ni concentrarse ni rendir adecuadamente. La sensación que se tiene en este momento es de sentirnos saturados, dispersos y frustrados. Un psicólogo para la ansiedad es quien puede ayudarte en el control de la procrastinación por este motivo.
Existen más causas que motivan a la procrastinación, pero lo mejor es saber detectarlas y corregirlas. Cuanto más procrastinamos peor nos sentimos con nosotros mismos y más emociones negativas asociamos con esa tarea que hemos de hacer creando así un círculo vicioso en el que cada vez nos cuesta tomar acción en lo importante y más nos refugiamos en las distracciones adictivas.
Como vencer la procrastinación
Dependiendo del nivel de procrastinación y de los efectos que tienen en tu bienestar, servirán unos métodos u otros. Si esto crea un mal estar en tu día a día, lo mejor es acudir a un profesional de la psicología para que te dé las pautas que deberías seguir y ayudar en la guía para dirigir mejor tu día a día. Yo como psicólogo en Vitoria, he trabajado con muchos pacientes para coger la riendas de su vida, ser más productivo y no ofuscarse antes eventual improductividad.
Algunos consejos para dejar de sabotear tu vida y dejar de procrastinar:
- Tomate tu tiempo en serio
- Se realista con las tareas que puedes llegar a hacer
- Deja de considerarte procrastinador