A todo el mundo le gusta estar bien y sentirse bien, y muchos nos centramos en las facetas y características de nuestras vidas olvidándonos que para conseguir el bienestar debemos tener en cuenta que trabajar la compasión es un punto clave. La compasión está relacionada con el respeto, el amor, la empatía y la tolerancia.
Hasta cierto punto podemos relacionar la compasión con mejorar como persona, pero esto no solamente hará que mejore nuestra relación con los demás, sino que también nos hará sentir mucho más felices.
Si quieres un momento de felicidad real, practica la compasión porque sentirás una felicidad inmediata casi seguro.
Cómo desarrollar la compasión
Desarrollar la compasión y trabajarla es un trabajo personal que cuando la ponemos en práctica nos trae calma y paz. Ya habrás escuchado que el malestar psicológico muchas veces lleva a la inflamación interior de nuestro órganos, pues bien, un estudio realizado en la Universidad de Carolina del Norte descubrió que las personas que sí practicaban la compasión y que se sentían “muy felices” tenían niveles de inflamación más bajos.
Otro punto a favor de desarrollar la compasión es que se puede lidiar mejor con el estrés y nuestro cuerpo responde con una inflamación más atenuada.
Diferenciar entre lástima y compasión
Para trabajar la compasión debemos de entender que existe una diferencia entre lástima y compasión ya que pueden resonar similares y realmente no lo son.
La compasión implica un sentimiento de cercanía y conexión con las personas que están sufriendo, siendo un sentimiento activo con el que intentamos mitigar el sufrimiento de los demás.
La lástima, en cambio, es un sentimiento pasivo que implica tristeza pero no una acción. Una persona que siente lástima por otra suele (inconscientemente) creer que está en un nivel superior al del afectado, habiendo una distancia entre ambos.
La compasión es algo universal y una vez empieces a trabajarla y desarrollarla, te vuelves una persona compasiva con todo ser vivo, sin excepciones. Pero la mejor manera de trabajarla correctamente, si careces de ella, es trabajando con un experto. En mi consulta como psicólogo en Vitoria, trabajo con muchos pacientes que necesitan reforzar este aspecto de su vida para mejorar otros.
Dalai Lama decía “Si quieres que otros sean felices, practica la compasión. Si quieres ser feliz, practica la compasión”, y no se equivocaba. Veamos algunas formas para empezar a trabajar la compasión:
- Empieza por uno mismo. Menospreciarse a uno mismo no sirve de nada. Toma conciencia y empieza a trabajar en ti.
- Empieza a escuchar sin decir nada. Saber prestar atención a los demás y escucharlos sin dar mi opinión (a no ser que me la pidan) es algo gesto de bondad. Escuchar con empatía te hará descubrir mucho y hará que la otra persona se sienta bien.
- Haz los diálogos conscientes. Cuando se detecta algún conflicto no debemos sin más, sino que debemos parar, pensar y reflexionar y después ya podemos dar nuestra opinión y nuestra visión de la situación sin menospreciar a los demás.
- Saber perdonar. No somos perfectos, nadie lo es. De hecho todos nos equivocamos y debemos saber perdonarnos, y desde aquí empezar a comprender mejor a los demás y saber perdonarlos.
- Practicar la generosidad. Realizar actos espontáneos de bondad te ayudará a entender los beneficios de trabajar la compasión.
- Sé el cambio que quieres ver en el mundo, como decía Mahatma Gandhi. Esto nos motivará a transformarnos a nosotros mismos, y a buscar nuestro cambio en lugar de intentar cambiar al resto. “Predicar” con el ejemplo hará que poco a poco se genere un cambio, y si esto lo hacemos todos, persona a persona generará un gran cambio.
Pensar en como puedes ayudar en tu día a día, con pequeños gestos de acción cambiará tu día y el de los demás haciendo que indirectamente cambien muchos aspectos de tu vida. Puedes contactar con nuestra consulta para trabajar tu crecimiento personal.